Si te quedas donde estás permanecerás estancado

La Biblia nos narra en el libro de Rut capítulo 1, la historia de Noemí y sus dos nueras. Noemí había quedado viuda y solo le quedaban sus dos hijos quienes luego se casaron con Orfa y Rut. Al pasar 10 años sus dos hijos también murieron, por lo que se encontraban Noemí y sus dos nueras completamente solas. Noemí decide regresar a la tierra de Moab con sus nueras porque se enteró que el Señor había acudido en ayuda a su pueblo al proveerles alimentos. Luego de salir las tres Noemí les pide a sus nueras que se regresen, pues ellas estaban jóvenes y merecían encontrar nuevos esposos. Pero sus nueras se negaron. Una segunda vez Noemí volvió a decirles, pero esta vez Orfa decidió regresar de donde venía y Rut decidió permanecer y seguir hacia su destino junto a Noemí.

Y quizás te preguntas que tiene que ver esta historia con cada uno de nosotros. Permíteme explicarte. Tenemos dos tipos de personas en esta historia, Rut y Orfa. Orfa representa a cada persona que vuelve atrás a su pasado. Y es más fácil volver al pasado porque ya conocemos lo que hay allá. Pero déjame decirte que mientras sigamos volviendo atrás vamos a vivir en miseria toda la vida porque nunca vamos a alcanzar nuevas metas. Quizás no te atreves a moverte hacia delante porque vives recordando lo que eras en el pasado, sigues culpándote y no has entendido la gracia de Dios. Efesios 1:4 dice: Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de Él.

Dios nos redimió para que seamos santos y sin manchas delante de Él. La razón por la que no vas delante de Dios es porque miras tus condiciones pecaminosas y no te sientes digno de ir delante de Dios. Pero Dios te dice que vayas delante de Él porque esa es su voluntad. Dios quiere que no importa cuál sea tu situación acudas a Él. El que entiende la gracia dice: Yo no soy digno, pero Dios me limpio, me redimió y me acerco a Él. Y tal vez te preguntas en este momento: Pastor, pero, ¿qué pasa si fracaso? Déjame decirte que no puede haber peor fracaso que el pasado. ¡No corras hacia atrás! Se como Rut, no importa si no sabes que sucederá en el camino, piensa en la recompensa al final del camino. Dios tiene la provisión para tu necesidad al lugar donde te ha enviado.

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